martes, 24 de enero de 2012

Como dos estrellas fugaces que se encuentran en el infinito, como dos cometas volando por el cielo, dos gotas de agua que caen sin más, como el fuego y el hielo, como el mar y la tierra, como el sol y la luna, eran dos pero podían ser uno, como el día y la noche, como el rojo y el azul, solo era tocarse y sentirse, como dos plumas delicadas al caer, como la lluvia y el viento, tan distintos pero tan iguales, como la rabia y la lujuria, eran dos, dos personas que al juntarse eran uno, sólo uno, porque no gabía nada mejor que sentirse uno y no separarse jamás...