Como dos estrellas fugaces que se encuentran en el infinito, como dos cometas volando por el cielo, dos gotas de agua que caen sin más, como el fuego y el hielo, como el mar y la tierra, como el sol y la luna, eran dos pero podían ser uno, como el día y la noche, como el rojo y el azul, solo era tocarse y sentirse, como dos plumas delicadas al caer, como la lluvia y el viento, tan distintos pero tan iguales, como la rabia y la lujuria, eran dos, dos personas que al juntarse eran uno, sólo uno, porque no gabía nada mejor que sentirse uno y no separarse jamás...